Si yo tengo una manzana y tú tienes otra e intercambiamos manzanas los dos seguiremos teniendo una manzana. Pero si yo tengo una idea y tú tienes otra e intercambiamos ideas, entonces pasa algo sorprendente: los dos tendremos dos ideas.
Evidentemente y así debería ser, todos tenemos una casa. Como es lógico en la Prehistoria las casas eran un tanto diferentes. No se parecían en nada a las nuestras, así que vamos a empezar encontrando semejanzas y diferencias, pero no solo en los tipos de viviendas sino también en la vestimenta, formas de vida y alimentación.
El cuento de Croniñón nos ayudará a introducir el tema.
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